Aguantar lo suficiente para que las sesiones en la cama sean satisfactorias es una de las metas de muchos en el terreno sexual. Pero no sabemos cuánto tiempo es mucho o es poco, y tampoco pasa el tiempo de la misma manera cuando estamos en plena faena (donde todo se vive mucho más intenso y los minutos parecen horas) que haciendo cualquier otra actividad.

Los expertos apuntan a que más de media hora es excederse, entre 1 y 2 minutos es corto, entre 3 y 7 es la media y entre 7 y 13 lo deseable.

Parece que has estado una hora en la cama, miras el reloj y, para tu sorpresa sólo han pasado diez minutos (con suerte).

Al final todo es una cuestión de gustos y de comunicación entre quien esté en la cama. A unos les encanta la maratón y otros están servidos en menos tiempo, todo depende de cuándo se sacia uno, el momento, las ganas y el tiempo que se le quiera o pueda dedicar. En cualquiera de los casos, tener el control del "aguante" siempre es positivo para poder manejarse a uno mismo. Para saber las mejores maneras de retardar esa eyaculación, hablamos con María Esclapez, sexóloga de LELO.

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¿CÓMO PODEMOS RETARDAR LA EYACULACIÓN?

1. La masturbación como entrenamiento: el orgasmo masculino se compone de dos fases, una inicial en la que el semen se carga en la uretra, y una segunda fase que consiste en la propia eyaculación. La masturbación, en este caso, puede servir como entrenamiento. Practícala hasta llegar al límite del momento de eyacular, pero sin llegar. Experimentar esta sensación te ayudará a conocerte mejor a ti mismo y ser capaz de ir aumentando el control y tránsito de la primera fase a la segunda.

La duración media de una relación sexual oscila entre los 6-7 minutos

2. Ejercicios de Kegel: aunque este tipo de ejercicios tienden a estar más frecuentemente asociados a la mujer, los hombres también pueden obtener grandes beneficios de la práctica de ellos. Ejercitar el suelo pélvico ayuda a disfrutar de una vida sexual sana y placentera, ya que se estima que los hombres que realizan este tipo de prácticas pueden conseguir que sus relaciones sexuales duren hasta 4 veces más del tiempo habitual.

3. El poder de la mente: el órgano sexual más poderosos es el cerebro. Durante las relaciones sexuales, nuestra mente está plenamente enfocada en el placer, por lo que continuamente estamos pensando en todo lo que está sucediendo durante el encuentro sexual: si tu pareja está disfrutando, si tú lo estás haciendo, o en qué punto se encuentra cada uno en lo relativo al orgasmo (si a ti o a la otra persona le falta poco para alcanzarlo, etc.). En este sentido, es importante aprender a afrontar el momento manteniendo un estado concentración, consciencia y disfrute pleno, trabajando y aprendiendo previamente ejercicios de relajación que impedirán que la ansiedad o preocupación aparezcan. De esta forma, no activaremos de manera prematura el Sistema Nervioso Simpático, que es el encargado de la eyaculación.

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4. Las posturas sexuales: cada postura produce un nivel de excitación en cada miembro de la pareja debido a la cantidad de terminaciones nerviosas que sean estimuladas. En el caso del hombre, por ejemplo, aquellas posturas en las que no tiene una posición “dominante” (por ejemplo, la mujer es quién está arriba) permite al hombre focalizar su atención en las sensaciones físicas que le provoca la penetración y poder así controlar mejor el momento de eyaculación. Por lo tanto, un truco para poder alargar las relaciones sexuales consiste en variar las posturas sexuales que se practican, así como el cambio de ritmos e intensidades.

Asimismo, existen otras variables que inciden en la eyaculación como la alimentación, o incluso el uso de preservativos diseñados para este fin.

Por otra parte, cabe destacar el hecho de que las principales variables que determinan la eyaculación de un hombre son biológicas (el tiempo que transcurre desde que empieza la estimulación sexual hasta la sensación de inminencia eyaculatoria es una de las variables que determina cuándo una eyaculación es precoz o no), psicológicas (llegar al clímax involuntariamente antes de quererlo) y relacionadas con la ansiedad (ante la necesidad de cumplir unas expectativas).

Si controlamos estas tres, somos los reyes del mundo (bueno, de la cama).

Vía: Esquire ES
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Marichu Del Amo
Marichu del Amo es colaboradora de belleza desde hace seis años, se licenció en Comunicación Audiovisual por la URJC y pasa el tiempo entre cremas y pintalabios mientras escribe en pijama a la luz de una vela bonita. Aparte de la cosmética, el baile, la música y las croquetas siempre están entre sus planes favoritos. Viviría entre nutrias viendo "Friends" en bucle una y otra vez.