Dato: Todo el mundo defeca. Y de un tema del que normalmente no hablamos fuera del baño, todo el mundo tiene preguntas, muchas preguntas. ¿Cómo es una deposición normal? ¿Cuántas evacuaciones al día se consideran normales?

Y la verdad es que deberíamos hablar más sobre nuestras evacuaciones intestinales. Son una parte necesaria de nuestro proceso digestivo. Es la forma en que nuestro cuerpo se deshace de los residuos y nuestra caca puede darnos pistas sobre nuestra salud. Algo importante es que nuestras heces nos aportan información sobre lo que está ocurriendo en nuestro tracto gastrointestinal. Te contamos lo que deberías saber sobre cómo y cómo no deberían ser tus heces.

¿Cuántas veces es normal evacuar?

Lo primero, no existe una definición que nos diga cómo debe ser una evacuación intestinal saludable. No creo que sea definible en términos del número de veces o la frecuencia con la que vamos al baño, comenta Uma Pisharody, gastroenteróloga en el Swedish, de Seattle, Washington.

Lo que sí debería preocuparte es si tus deposiciones presentan cambios sustanciales de lo que es normal en tu caso y si esos cambios no desaparecen durante varias semanas. Así que si tu hora de visita al baño es la misma todas las mañanas y de repente estás haciendo caca solo una vez a la semana o tienes que ir corriendo al baños varias veces al día, tienes que ver a tu médico.

¿Cuál es el aspecto de unas heces saludables?

Las heces normales son lisas y sin irregularidades. No debería emular la forma y longitud de tu intestino grueso, comenta la doctora Pisharody. En caso contrario, es que has estado sentado en el váter demasiado tiempo. Tampoco deberías tener que hacer un esfuerzo para hacer caca.

Si no estás seguro de cómo describir tus excrementos a tu médico, no te preocupes. Los científicos han desarrollado la escala de heces de Bristol, una tabla visual que clasifica la forma de las heces en siete grupos desde el estreñimiento hasta la diarrea. En general, deberíamos encontrarnos entre un tres y un cinco de la tabla siendo cuatro la mejor opción, nos cuenta Najwa El-Nachet, profesora adjunta de medicina en la UC San Francisco y gastroenteróloga en el UCSF Health.

Aparte, existen otros síntomas a los que hay prestar atención. Si te sientes hinchado, con sensación de llenura en el abdomen o cambia el olor de tus gases, es posible que sigas atascado, nos explica la doctora El-Nachef. Prueba a tomar más fibra y beber más agua.

¿Cuál es la textura normal de las heces?

La textura de tus heces depende en gran medida de lo que has comido y bebido, nos cuenta la doctora El-Nachef. Si estás deshidratado, tu caca será un poco más dura y seca de lo normal. La caca dura suele darse en trozos duros separados que pasan con dificultad y puede ser un síntoma de estar estreñido. Si tu caca es como una salchicha, con grietas en la superficie, significa que estás tomando una dieta saludable y te estás manteniendo hidratado.

¿Qué información nos da el color de nuestra defecación?

Aunque es posible que el amplio espectro de colores que aparece en nuestro váter te dé asco (o, quizás, te fascine), encontrar toques amarillos, verdes o marrones es algo totalmente normal. La pigmentación depende de la cantidad de bilis en tus heces y la rapidez con la que se han desplazado por tu sistema. Puede que sea amarilla brillante (se ha movido más rápido) o que tenga un color marrón oscuro (se ha movido más lento).

La doctora Pisharody nos cuenta que solo hay tres colores que le preocupan:

  • Rojo= que haya sangre en tus heces puede significar que hay una inflamación en tus intestinos.
  • Negro= la sangre se ha mezclado con tus heces durante un periodo aún más largo de tiempo.
  • Blanco= es posible que haya una obstrucción en el conducto biliar.

Si ves heces de color rojo, nos dice la doctora Pisharody, "también puede tratarse de almorranas o de un desgarre en el recto, algo que, en general, no es preocupante aunque es necesario estudiarlo." Pero, según la doctora Pisharody, esa sangre también puede estar indicando que hay un pólipo (un crecimiento) dentro del intestino. (Eso sí, ¡no te alarmes si tu caca es roja después de haber comida alimentos rojos como la remolacha!)

Por otra parte, las heces negras pueden indicar que la sangre ha estado mezclándose con tus heces. Cuando la sangre llega hasta el tracto gastrointestinal, se digiere y su aspecto puede ser parecido a granos oscuros de café, haciendo que tus heces adquieran un color negro y parezcan pegajosas, comenta la doctora Pisharody. Siempre indica que algo pasa, como una úlcera o gastritis.

Si tu deposición es blanca, indica que puede haber una obstrucción en el conducto biliar, es decir, que la bilis no está pasando desde el hígado hasta el intestino. Es necesario prestarle atención de inmediato aunque es improbable en el caso de adultos, nos explica la doctora Pisharody.

No te obsesiones con tu excreción

Pero tampoco la ignores. Tu excreción es una valiosa fuente de información sobre tu sistema digestivo, tu dieta y tu salud. Y recuerda, no existe una definición de la palabra normal si lo aplicamos a nuestras deposiciones. Visita a tu médico si tienes alguna duda o experimentas cambios importantes en tus deposiciones.

Uno de cada cinco españoles sufre estreñimiento crónico

Los expertos de DosFarma explican cuándo se convierte en un problema y dan consejos para solucionarlo. El estreñimiento es un tema que genera muchas dudas, precisamente porque se considera un asunto tabú y nos suele dar vergüenza hablar sobre ello, ya sea entre nosotros o con nuestro médico. Sin embargo, el estreñimiento puede ser muy molesto y, en una importante proporción de los españoles, un problema crónico. Recuerda qué alimentos causan o aumentan el estreñimiento.

A grandes rasgos, se define como una alteración por la cual vamos menos veces al baño de las necesarias. También suele implicar que nos cuesta demasiado esfuerzo. Puede ser una alteración puntual, es decir, que nos ocurra en algún momento concreto y después desaparezca; o puede ser algo crónico. Según datos recientes uno de cada cinco españoles, sufre estreñimiento crónico.

En primer lugar, es importante determinar cuándo aparece exactamente. ¿Cuántas veces hay que ir al baño a la semana?, ¿debemos ir todos los días? La respuesta a esta última pregunta es no. Se considera que no hay problemas si defecamos una vez cada tres días, es decir, entre dos y tres veces a la semana. Cuando las deposiciones se distancian más de esa cantidad, en función de cuánto tiempo dure, hablamos de estreñimiento pasajero o crónico.

Pasajero

Es el más habitual. Se produce por algún cambio en nuestra rutina diaria, como un viaje o un periodo de estrés. De esta forma, suele desaparecer cuando se vuelve a la vida normal y se marcha esa alteración de la rutina o cuando el organismo se acostumbra a la nueva situación. Si surge de repente y no desaparece al cabo de unas semanas, es recomendable acudir al médico.

Crónico

Puede durar años y conviene tratarlo con el médico, quien regulará el tratamiento que se deba seguir. Es bastante frecuente (aunque menos que el pasajero), sobre todo entre las mujeres (especialmente las embarazadas) y las personas de más de 65 años.

Las personas que lo sufren, en la mayoría de los casos, es por algún problema en el intestino grueso, el ano o el recto, estos son los más frecuentes:

- El intestino grueso no se contrae adecuadamente, lo que implica que no hace los movimientos necesarios para que las heces avancen hacia el recto y se puedan expulsar.

- El recto no detecta la llegada de las heces y, por tanto, no se generan las ganas de defecar.

- El ano se contrae en vez de relajarse, algo que impide el paso de las heces. También puede ocurrir que no se haga la suficiente fuerza con los músculos del abdomen como para evacuar correctamente.

No obstante, también es posible que se deba a otras causas:

- Un déficit de fibra en la alimentación.

- La toma de algunos medicamentos. Puede ser un efecto secundario de alguna medicación, como la destinada a problemas circulatorios o los antidepresivos.

- Una enfermedad. Es habitual en personas con diabetes o con alteraciones de la tiroides.

Por lo general, el estreñimiento no tiene consecuencias graves para la salud, aunque sí que va unido a otras molestias, tanto si es pasajero como crónico:

- Dolor abdominal

- Hemorroides y fisuras

- Sensación de hinchazón constante

- Inflamación estomacal

- Pérdida de apetito

Tanto si es pasajero como crónico, hay algunas pautas indispensables para prevenir el estreñimiento o controlarlo en la medida de lo posible. Los expertos recopilan los consejos más útiles para mejorar nuestra salud intestinal.

1. Aumentar la fibra en la dieta

La fibra es un nutriente presente en los alimentos de origen vegetal que el organismo no puede digerir. Pasa casi intacta al estómago y, de ahí, al intestino delgado y el colon hasta ser expulsada. Una de sus funciones principales es ablandar las heces y aumentarlas de tamaño, lo que consigue que sean más fáciles de eliminar. Asimismo, absorbe el agua, lo que resulta útil cuando son demasiado acuosas y sueltas.

Puede conseguirse incorporando frutas y verduras en todas las comidas y aprovechando los aperitivos para tomar alimentos ricos en ella, como frutos secos o verduras crudas. Igualmente, es útil comer las frutas enteras y con piel y no en zumos. Algunos de los alimentos que más contienen son los productos integrales, los guisantes, las semillas de lino, el kiwi, los higos o las judías verdes.

Se recomienda ingerir entre 20 y 40 gramos de fibra al día en una dieta saludable. Por ejemplo, un kiwi mediano contiene más de 2,8 gramos, una pera mediana tiene más de 5 gramos, y una rebanada de pan de trigo integral nos aporta casi 2 gramos.

2. Beber líquidos en abundancia

Si el organismo no tiene suficientes líquidos, las heces se endurecen y son más difícil de expulsar. Por ello, es importante tomar agua con regularidad y no esperar a tener sed, hasta alcanzar los 2 litros al día, aproximadamente. Otra opción complementaria es beber infusiones que motiven la movilidad intestinal. Algunos ejemplos son el té verde y negro, el anís o las hojas de sen.

3. Usar los laxantes con moderación

Los laxantes deben ser una solución puntual, pero no un hábito diario. Son útiles en los casos de estreñimiento pasajero, aunque su ingesta no debe prolongarse más de unos días. Y siempre hay que tener en cuenta que no es necesario ir al baño todos los días.

En los casos de que sea un problema crónico, será el médico quien paute la toma de estos medicamentos.

4. Hacer ejercicio moderado

La actividad física favorece el movimiento intestinal. Caminar es uno de los ejercicios que mejor funcionan.

5. Crear el hábito

En ocasiones, no vamos al baño porque no sentimos la necesidad. Eso, con el paso del tiempo, llega a dificultar que el organismo tenga la sensación de que necesita hacerlo. Para crear el hábito, es recomendable ir al baño todos los días a la misma hora (por ejemplo, después del desayuno), aunque no se tengan ganas. Conforme pasen los días, el cerebro asociará ese momento con la señal de evacuar.

6. Cambiar la postura

El estreñimiento implica no solo pocas deposiciones, sino también que cuestan mucho esfuerzo. La postura es importante en ese punto. Elevar un poco las rodillas (por ejemplo, apoyando los pies sobre un taburete pequeño) hará una mayor presión en el abdomen y facilitará el movimiento intestinal.

Cristian Martínez, técnico de farmacia, ha comentado: "Es de lo más habitual pensar que, si no vamos al baño todos los días, algo anda mal y las toxinas van a acumularse en nuestro organismo. Esa idea es la que puede llevar a la toma de laxantes, que son muy útiles, pero deben tomarse con recomendación de un profesional. Antes de pensar en que tenemos estreñimiento, hay que tener en cuenta que el organismo no necesita defecar a diario. Por desgracia, un importante porcentaje de la población tiene problemas para ir al baño las veces recomendadas, y ahí es cuando hablamos de estreñimiento. No suele ser un problema grave (y muchas veces es solo temporal), pero sí molesto. Por eso, hemos recopilado estos consejos, que pueden parecer sencillos, pero pueden ser la solución de algunos casos crónicos".

Vía: Men's Health. Traducción: blarlo.com